Martha Gantier Balderrama | Ocho Poemas Inéditos






LOS QUE SUBIAN Y LOS QUE BAJABAN

Todos se equivocaban
Cuando intentaban abrirla
Como se abrían todas,
                                             - ella se abría sola-
Y los que ya habían subido
Decían que no la cerraran
- que ella se cerraba sola-
De nada servían los gritos o las señas,
seguían gastando su vida
intentando abrirla o cerrarla.

Ninguno se equivocó cuando bajaba,
No había nada más que gastar
Habían aprendido que “esa puerta” se abría y cerraba sola
Y así, bajaban sin hacer ningún esfuerzo,
Livianos,
             Suaves,
                        Bajaban…




HOMBRES - REGADERAS


A dónde van esos hombres
Conteniendo sus sangres?
Regaderas parecen esos hombres.
Que tan urgentes, tan de prisa,
van las regaderas que parecen hombres
¿Estarán los campos sedientos de sus sangres?


SIN MANOS

A
   Veces,
            Tengo ganas de córtame las manos
                                                                    De raíz,
Desde la memoria,
                             Desde la caricia,
              Desde la escritura                  
para nunca más recordar
que las tuve.
Entonces, correría por un prado en blanco
Descalza y sin manos,
       Sin saber  del “peso específico” del amor
                                                Ni  la dureza de las monedas
Tampoco del abrazo de “paz” en domingos de misa
                    Palparía  el universo con el resto de mi cuerpo,
Probaría el caolín,
                       El trigo,
la piedra y el volcán
Hasta encontrarte,
Te tocaría a besos

Y prolongaría mi caricia
Desde el crepúsculo hasta tu espalda
                                  Donde germina el día
Así,
Sin manos,
Te cosecharía


NADA HAY AL OTRO LADO


La tarde late en el vientre
De cigarras cansadas de existir,
El viento mece
un columpio colgado
en las ramas de un árbol,
Cae una hoja
Sobre un rostro reflejado
en el andén.

Susurra el crepúsculo
Una canción dolorosa:
                              “Nada viene del otro lado,
                                                                 Nada hay al otro lado”
Sólo la renovación del vacío
Y la ilusión
De un tiempo viajante
donde columpia un niño,
dueño del instante.





GATOS DE DOMINGO

Por donde no hay camino
Atrévete a ser tú el camino
A recoger el color de la rosa
Vaciado en la tarde
A decirle al ave vespertina
Que su viaje se equivocó de plumaje
Atrévete
Con tu mano ultrajada
A tocar las campanas
Del templo de tu aldea
Antes que el gallo cante
Atrévete a estrujar tus gatos de domingos
Y a tirarlos por la ventana
Por donde todos los días ves flamear
Ropa recién lavada.
Atrévete a quitarle las lagañas a la puerta de calle
Y a correr al otro lado
Donde tus pies no conocen
A decirle a la muerte
Que está ciega
Y va por errado camino
Atrévete a decir NO.



LAS CARAS DE LA LLUVIA


La lluvia es vertical,
Oblicua,
Horizontal,
            Es  promesa,
                              Milagro…
   Es  memoria.                          
Porque nos devuelve a océanos antiguos
y habla de la última estrella
Que cobijó la pupila del ciervo moribundo.
La lluvia disuelve todo,
                 Hasta el amor
La lluvia es duenda
Es mestiza
Cálida,
Fría
Sensual,
Dura
Blanda
La lluvia sobrevive a la muerte.




BUSCÁNDOTE

Entre las manos de la gran madre mar
En masa informe y latente
Antes de tener corazón
Ni dedos para pulsar una viola
Te presentí
hombre añorado

Hace millones de años.

Cuando fui pez,
asomé a la orilla de las aguas a husmear  tus huellas
Mientras el universo
Bobinaba y bobinaba astros
Y la gran madre asidua con su rebozo azul
sentada frente y de espaldas al infinito
ensayaba a hacer figurillas vivientes.

Sobre mis codos aún enclenques y sangrientos,
chapoteando  el lodo
de eras arcaicas,
disputándome el sendero
con engendros movientes,

Te busqué hombre

entre el humo
de abetos fantasmas,
debajo de lluvias de cenizas volcánicas,
entre el tropel de bestias aterradas,

te busqué,
te busqué hombre ansiado.

En montañas apenas paridas,
en la aturdida niñez de los ríos,
en los labios de voraces volcanes,
te busqué hombre.

En el cielo del desierto
corté mis alas
haciendo de mi vuelo
festones en la arena.

Tumbé dólmenes, ídolos exóticos,
desgarré nieblas, espanté fantasmas tullidos de los atrios.

Con desesperación te busqué hombre.

De primate
brinqué de rama en rama
velando el horizonte,
cansada de esperarte
tiré mi pelaje al viento
erguí mi cuerpo a la altura humana.
y emprendí nuevas caminatas.

Y seguí buscándote
Hombre.
En las secreciones de cavernas frías,
en huevos y crisálidas abandonadas.

Con este cuerpo hombre,
cien mil veces perseguido
y destilado en los alambiques de todas las edades
te he buscado con ansias.
Hombre soñado.
Con este cuerpo
convertido a veces en mariposa nocturna
hombre dibujado en el cuaderno de mi infancia
con este cuerpo achicharrado en el fuego de la gran ciudad
en mi plato, en la mirada del maestro de colegio,
en las estrellas y en las otras estrellas
Y en la de tantos hombres que cruzaron mis amaneceres,

Y cuando por fin te encontré,
allí, en el monte cabizbajo,
de espaldas al mundo
me dolieron todos los caminos que recorrí.


EL ALGÚN LUGAR DE ALGÚN DÍA

Tanto tiempo
viajé a bordo de ti
Sin importarme los naufragios
Que tejían las arenas
Ni los besos detrás de los vidrios,
Tampoco la herida del madero.
Quemaste todas mis naves
Incluyendo la que ibas tú,
Ahora te sueño viajando
Debajo de las aguas
Metido en un bloque de hielo
Sereno,
con los ojos fijos en algún cielo
que no está en mis coordenadas.
Nunca llegamos a ese “algún lugar”
A tender nuestros cuerpos
Bajo la sombra de árboles dorados
El tiempo,
Sabio de todos los tiempos
Cuidó el “algún lugar” y el algún día”
En la estación seca de los sueños



MARTHA GANTIER BALDERRAMA, Nacida en la Paz, Bolivia. Estudios de geología, en Bolivia. Licenciatura en Lingüística y Literatura en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Especialización en Didáctica de la Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Caldas, Maestría en Literatura en la Universidad Tecnológica de Pereira. Publicaciones: Poesía: Poemas (Premio Franz Tamayo de poesía 1979 y 1980); Alba retorna con la niebla, De la piel del tiempo(castellano-alemán), De algún lugar, de algún cielo. Ensayo: Las andariegas de Alba Lucía Ángel, una lectura sin armas ni armaduras. Poesías y cuentos suyos han sido publicados en revistas reconocidas como Prometeo (Colombia) y Con dados de niebla (España) y en antologías de Latinoamérica y Europa. Remigia, la Muñeca de Trapo cuento para niños. Actualmente vive en Alemania. Ha sido invitada a eventos como el Festival internacional de poesía de Medellín en 2004, Festival de poesía internacional en Bogotá revista Ulrika, Festival de poesía en Cartagena de Indias, Festival de poesía en Riohacha, Encuentro de mujeres poetas en Cereté, Festival de poesía en Manizales.